La leyenda de Kilroy Was Here
La historia detrás del famoso graffiti que nació en la guerra
Así seas un artista o no, estoy seguro que habrás visto en algún momento de tu vida el famoso graffiti “Kilroy Was Here”, ya sea una variante o quizá una simple adaptación del mismo. Es algo tan universal que incluso encontré un garabato en el diccionario inglés-español que usaba en el colegio a inicios de los 90, década en que se volvió bastante popular por aquí.
El garabato en un astillero de Massachusetts.
La historia está definitivamente conectada con la segunda guerra mundial: A comienzos de los años 40, un supervisor del astillero Fore River Shipyards (Boston, Massachusetts) llamado James J. Kilroy.
En su turno diario, Kilroy se encargaba de revisar la cantidad y calidad de piezas de acero que los empleados producían para los buques que se irían a la guerra, cada producto revisado lo marcaba con una tiza.
No pasó mucho para que los empleados -hombres y mujeres que recibían un pago por cada pieza realizada-, comenzaran a borrar esas marcas de tiza, y con esto lograban que el encargado del siguiente turno las contara nuevamente y así les pagaban el doble.
Kilroy, al darse cuenta de eso, buscó una solución: utilizando una pintura permanente dibujó la famosa frase y le agregó el icónico garabato de la cara asomándose en cada pieza revisada.
Luego, esto trascendería fronteras de la mano de los soldados estadounidenses que se encontraron con el graffiti cuando viajaron en aquellos buques, y así el famoso garabato se convertiría en símbolo de resistencia y rebelión.
KILLROY! Kilroy! Kilroy!
Kilroy Was Here fue el nombre del 11º álbum de la banda de rock Styx (1983). La frase del famoso graffiti sirvió como concepto del disco, que era una rotunda respuesta al movimiento anti-rock liderado por Tipper Gore y su PMRC, y vino acompañado de un film promocional de 10 minutos de duración que la banda proyectaba durante la gira, al inicio de cada show.
Este short-film trata de una Norteamérica en un futuro bastante orweliano. Donde la música rock ha sido prohibida, la sociedad es constantemente vigilada, y todo el que escucha rock es considerado un rebelde y obviamente perseguido y apresado según el código 672.
Esta realidad es gobernada por el tirano dictador Dr. Righteous y su organización The Majority for Musical Morality (MMM) a través de una señal televisiva con la que manipula a la gente (¿Futuro distópico?¿Te suena familiar?).
En este contexto, Kilroy es un ex-rockstar condenado a cadena perpetua bajo falsas acusaciones. Un rebelde/seguidor suyo llamado Jonathan Chance logra interceptar la señal de transmisión de Dr. Righteous colocando un video de Kilroy y dejando bien en claro el mensaje que la rebelión no ha muerto.
Esto motiva a Kilroy a escapar de prisión, disfrazado de uno de los guardianes-robots-japoneses llamados “roboto”, para finalmente encontrarse Jonathan en respuesta a su mensaje. Todo esto en una especie de rock-ópera que muchos habrán visto en el videoclip del single “Mr. Roboto”. Aquí les dejo el film de 10 minutos.
Bueno, mientras la mayoría de personas se quedaron en el “domo arigato mr. roboto” de la canción, mi mente caótica se pegó en la palabra “Kilroy” y desde mediados de los 80, inició mi búsqueda, encontrándome con graffitis en las paredes, pero ninguna información hasta finales del año 96 en que tuve acceso a internet y logré atar cabos y aprender sobre la historia completa.
Kilroy was here en el cine
Aparte de ese corto, Kilroy Was Here también sirvió de título para una película que ronda en torno al drama/comedia del año 1947, y como concepto en un film de terror/comedia dirigida por Kevin Smith del año 2022 que salió en formato NFT (Si deseas saber qué es un NFT, puedes leer algo aquí) y que gira en torno al famoso graffiti, pero no le llega ni a los talones a la genial “Tusk” que Smith dirigió en el 2014.
Finalmente, en la actualidad me tomo la licencia de incluir aquel legendario garabato, de la manera más disimulada en algunos de mis artes a modo de uno de mis clásicos y ocasionales “easter eggs“, teniendo un absoluto conocimiento de su origen e importancia universal a nivel gráfico, rindiéndole de esa manera un personal tributo.